L I B R E S (150 x 170)

A primera vista es un simple cuadro más, pero no es así. Después de casi dos años de pelearme con él, sacarlo y volverlo a guardar, pensar que estaba terminado, y volver a insistir, él me llamaba y volvía a hablar con él.

Así durante meses, periodos cortos y lo volvía a guardar. En las fotos del proceso, se puede ver la evolución. Empezó siendo un cielo azul del los que dan calma al mirarlo con nubes que se vislumbran, luego apareció un enrejado, medido y simétrico, dejaba ver el cielo, pero a través de las celdas pequeñas, lo quise llamar “sunami” porque el cielo empezó a convertirse en tormentoso y a oscurecerse, el azul de fondo se iba tornando en grises. Y así quedó confinado, y atravesó la pandemia, olvidado en el rincón del que iba a ser un nuevo proyecto de estudio.

Pasados 6 meses, volvió a mi casa y me volvió a mirar y dijimos “no”… había que seguir. Y así fue como en el miniespacio reducido de mi minicasa, nos fuimos enfrentando hasta hacer de él lo que es. Ahora el enrejado está al fondo, el azul sólo se revela, y la gran tormenta ha podido con él, hay dos figuras femeninas que corren como huyendo, dejando atrás la tormenta, el enrejado y su pasado, corren hacia la libertad. Seguramente no han calculado los gastos, no saben que pasarán periodos de hambre o necesidad… todo sea por ganar su libertad. Todo está inundado, tendrán que correr y parar para mirar atrás y tomar impulso. Tendrán que respirar y pellizcarse para comprobar que todo es verdad. Han logrado salir de su celda y ahora toca desprenderse despacito de su pasado, quedarse con los aprendizajes y desechar lo que no sirva.

Es un cuadro para la reflexión, no para la decoración. Pese a todo hay un joven experto que dice de él que le da calma mirarlo. Aún así, ya tiene lugar, el mejor que podría tener. Gracias a quien lo ha adquirido por su generosidad, no me ha regateado ni un euro.

Happy Freedom,

R.