SIENTATE Y CIERRA LOS OJOS, HAY UN HUECO PARA TI


Hoy me voy a sincerar un poco más...

El neurocientífico Matthew Walker  demostró que las personas mentalmente cansadas tienen una percepción más negativa de su realidad y además son mucho más sensibles.

Cuando esta mañana he leído esto, me he sentido algo aliviada porque llevo unos días que no soy persona y resulta que el médico dice que es puro agotamiento y que lo que necesito es descansar. Esa palabra para mí ha sido tabú durante años. Yo se lo decía a los míos, a mis hijos, a su padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis amigas o amigos, compañeros a quien se terciaba porque es de Perogrullo el merecido descanso, pero a mí no consigo aplicármelo con regularidad y sin reproches.

Ciertamente llevo un tiempo largo entrenándome en ciertos temas que me cuestan debido a mis distorsiones emocionales, y este es uno de ellos. Sin apenas darme cuenta me meto en tareas concatenadas que no me dejan tregua, me sobre estimulan y acabo asumiendo una cantidad de actividades que aunque serían gratificantes, resultan desbordantes. Y me llego a culpar de ello además, con lo cual el resultado es catastrofista (distorsión de la realidad) pero no catastrófico (lo que llego a pensar).

Me enseñaron de pequeña que no hay que hacer lo que te pida el cuerpo sino lo que "se debe". Sin embargo, el tema de hoy va muy unido a escuchar al cuerpo que pide socorro. Es cierto que puedes entrenarlo hasta el punto de no escucharlo, o incluso escuchar que a más esfuerzo más y mejor resultado... con lo cual, el cansancio pasa a ser para los débiles. 

"Ya descansaré cuando me muera" solía contestar a mi madre cuando me insistía en que debía descansar más o el cuerpo me pasaría factura. Sabias palabras de quien ha vivido y sobrevivido a una vida dificultosa llena de superación y esfuerzo, a través de la cual aprendió a prestar atención únicamente a lo que de verdad valía la pena. No vas a poder controlarlo todo siempre, me insistía ella...cuánta razón.

El rollito del vaso medio lleno, a los que somos como yo nos va de coña, se nos desborda el vaso de lo lleno que lo vemos y provocamos inundaciones, saltan por los aires nuestros circuitos reguladores y de repente todo se vuelve gris en el mejor de los casos. Aparentemente no pasa nada, pero la realidad es que no damos para más, y si seguimos sin parar, exigiéndonos llegar adonde quizá nadie nos ha pedido, salvo nosotros, resultará que quizá lleguemos ¿pero en qué condiciones?

Las gafitas negras siempre las llevamos encima para estos casos. Y será entonces cuando entre el aluvión de reproches y malas sensaciones, fruto de la exigencia neurótica del perfeccionismo asesino que nos obliga a sentirnos culpables cuando en realidad, si paramos a tomar fuerzas, nos damos un respiro como el común de los mortales y nos permitimos el tiempo necesario fisiológicamente...al volver todo será normal, y hasta podamos romper con las gafas negras.

No veremos errores donde no los hay, pues el único error es sobrecargar el vaso con más de lo que cabe produciendo el desbordamiento lógico. Con lo cual, y visto así, quizá el neurocientífico y mi madre tengan razón, y lo que me pasa tantas veces es simplemente NADA, agotamiento puro y duro.

He decidido a aprender a "tumbar la curva", a elegir ser una sola de las muchas que a veces me acorralan, y eso conlleva un trabajo accesorio de selección contranatura de "cosas que hacer". La exacerbada exigencia, la indolente carga sin piedad de perfeccionismos en el mundo de la comparativa con el escaparate ajeno y la productividad, es más agotador que las doce horas de trabajo de un labriego que sabe que detrás del uno va el dos, y que mañana será otro día.

Vamos a parar un ratito a mirar el cielo, a disfrutar del día que hoy se nos regala ¿te apuntas?


RM_PARADA OBLIGADA (2021)


Comentarios

  1. El problema radica principalmente en la idea obsesiva de ser "superwomans" y en la necesidad estúpida de tener que demostrarlo constantemente y al final de la corrida lo único que hemos conseguido es estar más pendientes de las necesidades de los demás que de las necesidades de nosotras mismas y eso nos hace vernos como "personas catastrofistas que no catastroficas" . Debemos aprender a parar , a mirarnos en el espejo y hablar con nuestro reflejo esos 5 min al dia y ese catastrófismo se convertirá en positivismo, exigencia sana y placentera y al final de la jornada ..... realización propia y felicidad .

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    1. Vaya!!! gracias María, se me pasó por completo este comentario, estoy recuperándome de mi TFM, llena de optimismo y ganas, he abierto esta ventana que la cerré sin piedad para poder concentrarme y me encuentro este regalazo de Año Nuevo. Aunque sólo me leas tú...ya vale la pena corazón. Graciasssss

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